Uruguay fue uno de los primeros países del mundo en instaurar, el 9 de enero de 1924, un organismo de la jerarquía de la Corte Electoral, independiente de los otros tres poderes del Estado, con funciones jurisdiccionales administrativas y reglamentarias.
Recientemente en el salón de actos del Museo Histórico Cabildo de Montevideo, el entonces presidente interino de UTE, Pablo Ferrari, acompañó a la vicepresidenta de la República Beatriz Argimón, la presidenta de la Suprema Corte de Justicia Doris Morales, el presidente de la Corte Electoral Dr. Wilfredo Penco y otras autoridades presentes en la ceremonia del aniversario.
UTE participa activamente desde el año 1999 a través de CONEX, junto a otros organismos, en el diseño e implementación de la digitalización de los escrutinios, permitiendo introducir gradualmente una tecnología confiable, permitiendo seguir avanzando en nuevos desafíos en ese marco.
La Corte Electoral ejerce la superintendencia sobre las Juntas Electorales Departamentales y constituye un tribunal en materia eleccionaria, en todos aquellos casos en los cuales existan dudas sobre el resultado de comicios, sobre la elegibilidad de un ciudadano para un cargo, o sobre la procedencia de realizar o no un plebiscito.
La institución es respetada y cuenta con gran prestigio por ser garante de la transparencia de los actos electorales, del libre ejercicio de los derechos de los ciudadanos en materia electoral, y de imparcialidad ante diferendos, todos pilares fundamentales del sistema democrático.
Cerrando la Sesión Solemne por la celebración, el presidente de la Corte Electoral, Wilfredo Penco, señaló que esta celebración “nos encuentra a pocos meses de dar comienzo a un ciclo de elecciones que determinará, entre otros, quienes tendrán la responsabilidad de dirigir, durante el próximo quinquenio, dos de los tres poderes del Estado: el Ejecutivo y el Legislativo. Ante esa perspectiva se requiere, como siempre, de un organizador eficaz que ofrezca garantías y un juez que cumpla sus funciones con integridad, imparcialidad, ponderación y vocación democrática: lo mejor de un siglo de existencia establece que la Corte Electoral reúne y sintetiza estas condiciones”.